Desde el inicio de Proyector en Espera, he intentado cubrir una gran variedad de películas. Buenas apuestas para mis lectores y para mí por supuesto. Filmes que van desde lo abstracto hasta lo inconfundible. Cada uno con sus propios méritos y con ese “algo” que los hace únicos. Pero, ¿Qué ocurre cuando se intenta hablar de un trabajo que supera lo mejor? La respuesta: Es realmente difícil. No porque se necesite confirmar su excelencia ni tampoco debido a esa presión de cómo algunos “clásicos” no se pueden ver mal. Lo realmente difícil es hacer justicia a esos filmes utilizando palabras; en un medio donde un simple cuadro habla más que mil de ellas. Con ese mismísimo reto me he topado en la siguiente reseña. Los Olvidados (México, 1950) de Luis Buñuel no se trata de una película más en su prolífica filmografía, es una auténtica obra maestra. Una cinta brutal y tremendamente sincera en donde las circunstancias juegan un mayor papel que las propias decisiones.
Antes que nada, necesitamos un corto vistazo dentro del filme. La narrativa nos ubica en el México de la posguerra. Una banda de delincuentes juveniles intenta vivir una vida de pobreza. Su líder, un prófugo llamado El Jaibo (Roberto Cobo), busca cobrar cuentas con aquel que lo denuncio a las autoridades. Su amigo más cercano y también miembro de la pandilla, Pedro (Alfonso Mejía), le ofrece su ayuda. En un arranque de furia, El Jaibo mata a su rival sin saberlo. Poco después, ambos se enteran de lo ocurrido y es donde se enfrentan a su verdadero enemigo, su conciencia. No solo es fascinante ver la desenvoltura y naturalidad de sus protagonistas sino la brutalidad con la que es presentada su vida. El México de Buñuel no está decorado. Todo lo contrario, es un lugar donde solo el adaptado sobrevive y en el cual no existen los buenos y los malos, solo los humanos. Esto no quiere decir que la película sea agonizante. Puede llegar a ser cruda y sin miedo a relatar lo que cuenta, pero también inocente en los momentos adecuados. Haciendo uso de ambos lados en la moneda, Buñuel logra crear el equivalente a una atracción temática de emociones. Cuando recién logramos hacernos a la idea de algo ocurrido, otra situación con mucha más fuerza y peso emocional destruye nuestra percepción. Sin poder encontrar suelo firme, el espectador queda con ansias de ver más, recordando la serie de tragedias que no dejan de golpear.
Todo lo anterior solo nos lleva a pensar en las verdaderas intenciones de Buñuel. A pesar de su intento por exponer una fría realidad, las intenciones de la cinta van más allá de una convencional crítica social. De hecho, a mi parecer, el personaje de mayor importancia en la cinta es Pedro en vez de Jaibo y por una muy buena razón. Mientras la historia de Jaibo nos refleja las dificultades de vivir en un ambiente hostil; la realidad de Pedro se basa en la pérdida de su inocencia, lo que para mí es la verdadera temática del filme. Buñuel intenta relatar la vida de un niño que recién empieza a comprender lo dura que puede ser la vida. Como todos esos juegos y travesuras quedaron atrás con el fin de iniciar una nueva etapa dentro de su vida. Su sentimiento inicial es de rebeldía y oposición, más cuando lo que ve definitivamente no le gusta. Trabajos extenuantes, rechazo social y una reforzada falta de apoyo por parte de quienes lo rodea, especialmente su propia madre. Todo esto le hace darse cuenta de la cruda realidad. El paso de un joven para convertirse en algo más, incluso, contra su propia voluntad. Es por ello que Los Olvidados me resulta tan fascinante. No es solo por la impecable caracterización de Pedro por parte Mejía o la maestría habitual de Buñuel, sino esa autentica sensibilidad que ambos le inyectan al personaje. Una ventana por donde veía algo real y no un retrato ficticio. La evolución natural de su personaje a lo largo de la cinta es algo de esperarse. De inicio en la rebeldía y de fin una trágica representación de su temprana madurez.
Buñuel no se caracteriza por ser un cineasta fácil de entender. Sus películas, por lo general, relacionan una gran cantidad de disyuntivas morales con un fuerte énfasis en la crítica social. Más de una vez me he encontrado perdido entre tanto palabrerío. Por otro lado, Los Olvidados es bastante segura en su estructura narrativa sin perder su complejidad. Un espectador común puede ver la película y disfrutarla sin pensarlo demasiado; mientras tanto, aquellos que estén más inmersos encontraran mucho de qué hablar, como note anteriormente. Es aquí donde triunfa espectacularmente la dirección de Buñuel. A pesar de mantener un sólido y conciso mensaje a lo largo de toda la cinta, este es lo suficientemente universal como para ser comprendido por todo espectador. La facilidad con la que se desenvuelve la historia permite un desarrollo mucho más comprensible.
Otro aspecto interesante de este trabajo en particular, es la evolución de un personaje que ni siquiera se encuentra dentro del contexto narrativo. Estoy hablando del mismísimo Luis Buñuel. Al ser establecido como uno de los mayores exponentes del surrealismo fílmico, es interesante ver como Los Olvidados carece en gran parte de este elemento. Esto con excepción a una secuencia y símbolos en particular. Una de las escenas más notables de la cinta involucra un tormentoso sueño. En este, un par de gallinas representan el desorden emocional por el que cruza uno de nuestros personajes. El brusco movimiento de la cámara y el poco sentido lógico del acto nos dejan ver su verdadera naturaleza. Este mismo simbolismo (La gallina) se ve utilizada en múltiples ocasiones de manera posterior. Me alegró ver que, a pesar de ser un cine distinto, Buñuel no olvida sus raíces surrealistas y hace uso de ello con excelentes resultados.
A pesar de tener algo que contar y una manera distintiva de hacerlo, Los Olvidados no hubiera sido el mismo filme sin la colaboración de Gabriel Figueroa. Simplemente existe algo en todas esas tomas que hace sentirlas perfectas. Probablemente sean los ángulos adecuados o aquel momento del día que algunos directores esperan con ansias para filmar. Al no estar seguro, únicamente me queda comentar su gran valor dentro de la cinta en sí. Todas las escenas dentro de Los Olvidados evocan cierto tipo de emoción. Ya sea un sentimiento de desorden o de tensión pura, la cámara sigue a nuestros personajes de forma autentica. No fuerza tomas difíciles ni tampoco efectos complejos, aquí lo natural importa más que el resto. Hubo una toma en particular que capto mi atención. En ella, El Jaibo y un amigo suyo van caminando en busca de un refugio. En su dirección solo se pueden ver casas que reflejan una pobreza extrema, un desarrollo casi nulo. Del otro lado y más al fondo, un gran paso a desnivel se levanta tal cual gigante. Una figura de superioridad y poderío económico. Tal contraste de riquezas y posición social ayudan a cementar esa imagen de inferioridad. Nuestros personajes no son menos personas que aquellos en el desnivel, pero las circunstancias parecen evitar recordárselos a cada momento.
Algunos dirán que los mejores tiempos para Buñuel fueron sus dos periodos franceses u el corto español. En lo personal, considero su periodo en México el mejor y más prolífico de todos. Los Olvidados es, quizás, su mayor obra dentro de México junto a Ensayo de un Crimen (1955). Un magnifico ejercicio dramático y una fascinante critica a las bases de nuestra sociedad. Más que un México crudo y violento, Buñuel crea una imagen social y cultural fiel a sus tiempos. No es solo una obra maestra, es un filme que resiste el paso del tiempo, madurando con ello tanto su temática como su significado y simbolismo en el proceso.
No review yet, sr saul? ):
ResponderEliminarMañana estarán arriba las reseñas de Los Olvidados, Hotel Chevalier y Una Historia Violenta. Lamento estar tan poco constante, la escuela ha estado bastante pesada, mas de lo que pensé que estaría. Perdón por las evidentes demoras.
ResponderEliminarAwwww muchisisisisimas gracias sr saul! La reseña te quedo genial! Te agradezco que te hayas tomado el tiempo de ver la película y nada me hace más feliz que saber que te gustó.
ResponderEliminarLa reseña esta muy bien, lo único es que al ser tan extensa las ideas tienden a repetirse jiji
Puedes apostar que Los Olvidados será mi proxima renta en cuanto tenga tiempo de ir al Blockbuster:D
tenkiuuuuu
Rebeca J
Rebee: Me da mucho gusto que te haya gustado. La película es realmente buena sin dejar de ser muy entretenida de ver. Perdón por la repetición, las ideas son distintas pero quizás hice que se parecieran mucho. Un comentario que tomare en cuanta en las próximas.
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