¿Jamás se han preguntado que le ha ocurrido al joven que recién paso corriendo? Quizás ha robado una tienda cercana y está escapando con las ganancias del día. También puede ser que simplemente este haciendo ejercicio o quizás solo está corriendo por el afán de correr. No sabemos con certeza y probablemente nunca lo haremos. Situaciones como esta; de carácter trivial y sin mucho fondo en que basarnos, dan vida (y emoción) a uno de los mejores cortometrajes que he visto en los últimos meses y que hoy les presento aquí. Dos Hombres (Two Men, Australia, 2010) de Dominic Allen es un trabajo que nos invita a pensar, al trasladarnos a un simple evento que relata nuestra vida cotidiana y dándole un giro mucho más reflexivo y poético.
Hablar de la trama de Dos Hombres es como intentar resumir un sueño. Es posible conseguirlo, pero inevitablemente olvidaremos detalles sin los cuales es imposible de comprender. En este caso, el cortometraje se basa en la reflexión de un hombre descansando. Vuelve su cabeza, solo para ver a otro sujeto corriendo a lo lejos, con lo que empieza a preguntarse qué será lo que le ocurre. Cuáles podrían ser sus motivaciones o lo que lo impulsa a seguir. En ese momento, toda posibilidad se torna valida y aceptable. Existe la misma probabilidad de que este escapando a que solo quiera encontrarse a su mujer. Allen utiliza esta reflexión a su favor dando forma a su historia y personajes. El filme dice más con lo que no deja ver que con lo que hace que observemos. Sus personajes no tienen voz ni tampoco mucho desarrollo pero, al menos por momentos, nos identificamos con ellos al igual que lo hacemos con nosotros mismos. En vez de crear personajes completos, Allen nos regala un lienzo con el cual nosotros también formamos parte de la historia.
Una vez que hemos dejado eso en cuenta, los resultados narrativos son aún más claros (y satisfactorios debo de agregar). Allen consigue lograr un ritmo y tiempo perfectos para su trabajo. Ninguna escena o corte es innecesario o de relleno. Esto hace que cada imagen de un paso adelante en la historia y la haga moverse de formas mucho más dinámicas. El resultado es casi rítmico y en momentos hasta hipnotizante. Su corta duración (Apenas logra llegar a los 4 minutos) no deja en vista rastro alguno de pasos mal dados. En mi experiencia personal, me encontré maravillado por su fluidez a la que solo puedo describir como algo casi orgánico. Allen hizo un gran trabajo en hacer sentir su obra más como una larga toma que como una compilación de imágenes, un producto unificado no solo por su temática sino también por sus propios movimientos.
A pesar de todo esto, considero que el aspecto más agradable recae en la magnifica fotografía, por parte de Timothy Melville. Un conjunto diverso y cambiante de todo tipo de tomas, desde aquellas logradas a base de una cámara inmóvil hasta algunos cuantos “close-ups”. La gama de colores encaja a la perfección con las representativas villas Australianas donde el corto toma lugar. El aspecto resultante es ciertamente caluroso y, de alguna forma, hasta desolador. La edición no solo ayuda en las transiciones de la corta cinta sino que también ayuda a crear ese sentimiento reflexivo que ya había mencionado antes. Saltando entre nuestro pensante protagonista y la desconocida situación del corredor, Allen enfoca nuestra atención en el contexto en vez de únicamente en las imágenes o en la narración.
Dos Hombres es más que solo un proyecto menor (Tras ser premiado en el 58avo. Festival Internacional de Cine de Melbourne considero que existe gran probabilidad de verlo entre unos cuantos más), es un trabajo donde las habilidades de un director emergente son demostradas de manera ejemplar. Evocativo y personal además de artístico y reflexivo, el cortometraje consigue relatar un hecho que probablemente nos ha ocurrido cientos de veces pero, que muy pocas, nos detenemos a reflexionar.
Dos Hombres: Two Men - Short of the Week